Esto del calendario-menú es lo más importante a la hora de hacer régimen. En vista de que comemos a diario, y no he preparado con antelación ningún plan de menú semanal, lo que he decidido hacer es otra cosa: apuntarme a posteriori lo que vamos comiendo. Para ello me he hecho un excel maravilloso (excel es mi amigo, sabéis?) donde me voy apuntando mi peso semanal, y los días que hago ejercicio, de esta forma, cuando lleve unas cuantas semanas, veré qué es lo más efectivo y qué cosas he ido comiendo esas semanas.
Suelo pesarme una vez a la semana como mínimo. A ver, me peso más, así voy "sopesando" (ja-ja, lo pilláis? ejem) sopesando a diario lo que más conviene y lo que no, pero al "memo" del peso sólo le doy una vez a la semana. Os explico, el memo del peso no es que yo me meta con el capullo ése (que lo es) sino que mi peso tiene unos botoncitos de memoria, que le das, te pesas, y el muy impertinente te dice en números cuál es la diferencia desde la última vez que te pesaste dándole al botón. De esta forma, si eres de letras como yo, está muy bien porque te hace él sólo la cuenta. Para algo tenía que servir el memo.
El día que empecé este blog el Memo me marcó -3.1, y yo me puse más contenta que unas pascuas (si no de qué voy a empezar yo a contaros todas estas tontás?!).
Por cierto, se ha hablado mucho sobre cuándo y cómo pesarse: yo siempre me peso por la mañana, recién levantada, recién descomida (es decir, habiendo ido al wc) y justo antes de ducharme, usea, en pelota-picada. Hay que eliminar todo el lastre, amigos!
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